26.6.11

Belgrano de Córdoba hizo historia y pudo cumplir su sueño de subir a primera, nada menos que en la cancha de River


 Luego de ese triste primer gol a Belgrano, todo parecía haber caído en un precipicio, más tarde, con poco y tras una contra que agarró mal parado al “Millonario”, la pelota le cayó a Pereyra que corrió veinte metros, completamente solo, para enfrentarse a Carrizo. El delantero quizó colocar la pelota sobre el cuerpo del arquero y el balón se perdió afuera. Increíble. En esos pocos segundos que duró la jugada, el silencio en El Monumental fue sepulcral. Belgrano sintió que podía encontrar espacios, que podía lastimar de contra y se animó un poquito más ante un River que mermó su velocidad, algo que era previsible por la gran intensidad que expuso en el primer tiempo. Así, a los 13 un pelotazo al área de River terminó en pesadilla. Desconcierto entre Juan Manuel Díaz y Alexis Ferrero, la pelota cayó mansa en los pies de Guillermo Farré que le pegó de aire. La pelota pasó sobre los pies de Carrizo y estalló en la red, para la locura de la tribuna visitante y el mutismo de los locales. 
El penal que atajó Olave marcó el principio
del fin de River quien bajó su moral en el juego
El gol fue un balde helado para la esperanzas de River, que mermó velocidad, rendimiento y, con media hora por jugar, debía hacer otra vez dos goles. A los 17’, un penal infantil de Cristian Tavio, le dio una nueva oportunidad al equipo de Juan José López. Pavone se hizo cargo, pero su remate, potente, se encontró con un enorme Olave, quizá fue la justicia divina por su poco deportivo accionar previo.  Si algo le faltaba a River, era volver a lidiar con su poca suerte.  Franco Vázquez empezó a tener la pelota y Belgrano, a pesar que no podía monopilzarla por mucho tiempo, comenzó a jugar más lejos de su arco. López mandó a la cancha a Fabian Bordagaray, Daniel Villalva, pero River siguió abusando de los centros y su destino se oscureció. Su ilusión se apagó como la tarde. El desorden de sus hinchas, el descontrol de esa pasión desbordada terminaron con el pitazo final. River descendió de la categoría, Belgrano dio el gran golpe en El Monumental, aunque el verdadero palazo lo recibió de sus propios últimos dirigentes, que lo llevaron a ser lo que es hoy. Pasó de “Millonario” a mendigo, de club modelo y de paladar negro a una institución pobre y que sólo sigue siendo enorme por su gente. River sufrió su peor vergüenza en 110 años de historia y jugará en la B Nacional, algo impensado para el fútbol argentino y mundial. Sus hinchas son las únicas víctimas de tanto mal.