Luego de haber recibido numerosas denuncias de familias de turistas que se vieron afectados por los desmanes (ver nota anterior) que provocaban grupos de adolescentes que se emborrachaban en boliches de la zona, la municipalidad dispuso que este tipo de antros sean rigurosamente vigilados para evitar la venta de alcohol a menores y en especial a los "mayores" que las compran y luego se las entregan a estos últimos sin que el comerciante se entere.
Frente al patio cervecero que está ubicado en la costanera a metros del casino se establecieron miembros del cuerpo de inspectores de la municipalidad y numerosos agentes de policía (algunos del cuerpo especial) que controlaban a los jóvenes que salían del mismo. Los cierto es que muchos, al ver que no podían tomar hasta emborracharse desistían de entrar; otros los más normales, entraban y se divertían como corresponde en un boliche donde se baila y se canta.
Algunos la piensan antes de entrar sabiendo que serán controlados
Es evidente que la presencia de inspectores y policías logró que esta vez las malas costumbres de algunos inadaptados sean controladas al punto que esta vez no hubo ningún tipo de incidentes. El secreto para que esto siga y los turistas que vienen a disfrutar Traslasierra no se desanimen y sigan viniendo, es continuar con los operativos de control.