Mensaje del padre René Jara:
Un Sultán con su Séquito y una larga caravana de camellos,
atravesaba el desierto. Uno de los camellos por el peso del tesoro y
el agobio del calor, cayó muerto y rodó por la arena. Las joyas que
transportaba quedaron esparcidas por el suelo.
El Sultán con un gesto de gran benevolencia, ordenó a sus
sirvientes que cada uno tomara lo que quisiera para sí; y él continuó
la marcha. De pronto, escucho los pasos de un sirviente.
Tú le preguntó ¿No te quedas para recoger nada? Yo sigo a
mi Señor, le contesto con grandeza de ánimo el sirviente.
En la vida cristiana somos seguidores de Cristo, unos más
cerca, otros más lejos de El. Ahora bien, en el largo camino de
nuestra existencia, a veces, dejamos de seguir a ese Jesús que
dijo de si mismo: Yo soy el Camino. la Verdad y la Vida.
Tratemos, en adelante, retomar el seguimiento del Señor que
nos enseñará la verdad, justicia y amor, que es la esencia del
Evangelio. Vale la pena vivir la vida intensamente de la mano de Jesús
en las buenas y las malas.
Que el Señor, por María Santísima bendiga tu hogar.
Un Sultán con su Séquito y una larga caravana de camellos,
atravesaba el desierto. Uno de los camellos por el peso del tesoro y
el agobio del calor, cayó muerto y rodó por la arena. Las joyas que
transportaba quedaron esparcidas por el suelo.
El Sultán con un gesto de gran benevolencia, ordenó a sus
sirvientes que cada uno tomara lo que quisiera para sí; y él continuó
la marcha. De pronto, escucho los pasos de un sirviente.
Tú le preguntó ¿No te quedas para recoger nada? Yo sigo a
mi Señor, le contesto con grandeza de ánimo el sirviente.
En la vida cristiana somos seguidores de Cristo, unos más
cerca, otros más lejos de El. Ahora bien, en el largo camino de
nuestra existencia, a veces, dejamos de seguir a ese Jesús que
dijo de si mismo: Yo soy el Camino. la Verdad y la Vida.
Tratemos, en adelante, retomar el seguimiento del Señor que
nos enseñará la verdad, justicia y amor, que es la esencia del
Evangelio. Vale la pena vivir la vida intensamente de la mano de Jesús
en las buenas y las malas.
Que el Señor, por María Santísima bendiga tu hogar.