19.6.10

Fumigación tóxica: Grave denuncia de un lector católico enviada al Arzobispado

Desde su correo: el Sr. Gerardo Vaira vaira_gerardo@yahoo.com.ar nos ha enviado copia de la nota junto a la publicación "Desafío Económico", donde se publica los pormenores y daños al medio ambiente y a las personas producidos por la fumigación de productos agroquímicos en especial donde se produce soja; nos referimos al "glifosato", un producto que produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas a la que se suma también otro producto altamente tóxico y cancerígeno usado clandestinamente llamado "Parathion", un plaguicida prohibido en todas sus formulaciones y usos por ser dañino para la salud humana y el ambiente.
También, hemos agregado a continuación de esta nota, la parte de una edición realizada por el diario La Capital de Rosario, con respecto al uso de niños banderilleros para guiar los aviones fumigadores, que reciben diariamente gran cantidad de este producto sobre su persona.

La carta del Sr. Gerardo Vaira al Arzobispado
Indudablemente que los Reverendisimos Obispos cuidan su rebaño y tienen muy presente lo que dice el catecismo de la Iglesia católica, quien daña la creación de Dios ofende a Dios, ¿Solo el aborto ofende a Dios?. A sabiendas que los señores Obispos de nuestra comunidad que han recibido la plenitud del sacerdocio ministerial por el sacramento del orden sagrado, estando en estado de gracia; gozan del sensible auxilio de la sagrada providencia, un sensible Don del espíritu santo para poder cuidar de los mas débiles y poder entender aquello que por el solo uso de la razón no seda, estarán en condiciones de entender también esto que les hago llegar.
Es bueno también repasar y releer en las comunidades especialmente agrarias los párrafos del Catecismo como se ha dicho en en el comienzo, y también los párrafos 2424 (2317) " No podéis servir a Dios y al dinero Mt.6,24 Lc16,13) - 2426: el párrafo 2425, donde dice la iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias, ateas asociadas al (...) Por otra parte ha rechazado en la practica del "capitalismo" y la supremacía absoluta de la ley de mercado (...), y hacerle una visita a los párrafos 2432 "los responsables de las empresas le corresponde ante la sociedad la responsabilidad económica y ecológica de sus operaciones, el 2316 (1906), y fundamentalmente recordar lo que se aconseja en el C.I Cristiana sobre el respeto a las personas y la relación con la investigación científica.
Adjunto archivo con publicación revista DESAFIÓ NRO 23 - sobre las enfermedades y malformaciones producidos por el uso de herbicidas efectuada por Andrés Carrasco, científico e investigador del CONICET , para mejor provea al fin último.
Orare para que mis obispos sepan en estas circunstancias estar a la altura de los hechos y puedan entender la gravedad de las consecuencias para la comunidad y el daño al bien común que se produce y actúen asistido con el don de la prudencia, solo en tal grado que no nos haga cometer errores del pasado y que dentro de 50 años los cristianos tengamos que pedir perdón a nuestra propias comunidades por el genocidio silencioso tecnológico aplicado a nuestras comunidades agropecuarias y el irreversible daño infringido a la creación humana,
En Dios espero.
Gerardo Vaira

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LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA

Argentina / Norte de la provincia de Santa Fe
El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años.
Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar. Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros. El chico de la foto es uno de los afectados por los agroquímicos.
Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama 'esquinero'. Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el 'mosquito', desde el punto del medio de la máquina y pararse allí', dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad. El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida. Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar.. Los rocían con 'Randap' y a veces '2-4 D' (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos.
Tienen un olor fuertísimo. 'A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara', describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino. No hay protección de ningún tipo. Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que 'va más lerdo', dice uno de los chicos. 'Con el 'mosquito' hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. El avión fumigador pasa por encima del chico banderillero, quien recibe en cada pasada parte del fluido
Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor', agregan los entrevistados. Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: 'Que tengamos cáncer', ejemplifica. 'Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza.
A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza', dicen las voces de los pibes envenenados.
-Nos buscan dos productores. Cada uno tiene su gente, pero algunos no porque usan banderillero satelital. Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día.
No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados. A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso', remarcan los niños. El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. 'No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo', dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas. La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos. No hubo avances. Los pibes siguen de banderas. Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal.
Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina