5.2.11

La Posta del Algarrobo, una casa con historia

Daniel Balmaceda
Frente de la Posta, el algarrobo de 300 años
y la galería de la antigua casa 
 Como muchas otras en Villa Cura Brochero,  la "Posta del Algarrobo" tiene su historia y está vinculada a cada metro cuadrado de la región por donde pasó el Venerable Cura Gaucho. Esta casa, ubicada en la calle 25 de Mayo y Vélez Sarsfield, a 300 metros de la terminal de Brochero, muestra en su interior como era vivir en esos tiempos. Daniel Balmaceda y su esposa Rosa, son los anfitriones que reciben a sus visitantes que quedan deslumbrados ante la imponente presencia de un algarrobo de 300 años de antigüedad, que descansa en un parque donde se pueden apreciar herramientas de campo y donde quienes entran allí pueden disfrutar de un desayuno campero. La idea de rescatar la historia del lugar fue de su esposa, y en especial porque precisamente ese lugar era una "posta" para quienes transitaban por el denominado "Camino Real", que era un paso obligado para los que venían por ejemplo desde Ciénaga de Allende y se encontraban con este lugar donde repostaban sus caballos, comían y descansaban para luego proseguir su viaje a otras localidades incluyendo a Villa Dolores.   Un detalle importante que nos cuenta Daniel es el de haberse enterado por gente muy antigua del lugar que el Padre Brochero daba clases de catecismo a la sombra de este algarrobo tricentenario. La casa, cuya galería está orientada al norte (para evitar los vientos helados), tiene más de 170 años y fue adquirida por sus padres hace unos 20 años.  Daniel y Rosa están en el compromiso de rescatar la historia de todo lo que se ha vivido en esa casona y también para las próximas generaciones, para tal fin cuentan con el apoyo de la Municipalidad de Cura Brochero, donde están proponiendo que el lugar sea declarado sitio de interés histórico. Además, tienen la colaboración de los vecinos que oportunamente están donando elementos antiguos de distintas épocas que adornan la casa para que los visitantes puedan admirarlas.  La propuesta es que el turista puede venir temprano y degustar un desayuno criollo con mate cocido, poleo (yerba digestiva aromática), tomillo, peperina, pan y dulce casero y si lo prefiere y mazamorra con leche, entre otros. Lo cierto es que los visitantes no solamente pueden apreciar lo que es vivir como en la antigüedad, con paredes de adobe,  un parque donde se puede descansar a la sombra del emblemático algarrobo degustando comidas típicas, sino también proyectarse al pasado imaginando allí la figura del tan querido padre Cura Gaucho.
En su interior se puede ver parte de su construcción
de adobe y numerosos objetos de época

La piedra de afilar, elementos de campo y el arado

VIDEO CON DISTINTAS PARTES DE LA CASA